La plastilina estimula la creatividad, la diferenciación de colores, el control de las manos y la mirada, además del ensamblado y el armado de elementos.
Este Material sintético blando y modelable es más que un elemento para la diversión, es una pieza de mucha utilidad para que experimentes y juegues con confianza y libertad.
Es de uso diario y continuo en la educación preescolar.
Explica la docente Xiomara Caruyo, que “el uso de la plastilina para el desarrollo de la moticidad fina, ayuda a afinar el dominio del lápiz para mejorar el proceso de escritura, aumenta los niveles de creatividad, permite identificar por medio del moldeado de las figuras humanas algunas dificultades en el área cognitiva en los niños”.
Esta manualidad te favorece en todos los sentidos. Como por ejemplo, aumenta tu capacidad de concentración, te inspira metas a corto y a largo plazo, así como facilita tu proceso de lectoescritura, y si sientes alguna angustia por presentar un examen o exposición es un gran aliado para relajarte y tranquilizarte.
Es un tranquilizante ideal, expresa la psicopedagoga Tibisay Ríos, “perfecta para relajar y crear cosas nuevas”.
Ablandar y moldear una masa de color, luego mezclarla con otras y hacer pequeñas piezas hasta crear mundos de plastilina constituye una actividad mucho más compleja e importante de lo que se cree, pues contribuye significativamente en tu desarrollo. Eso sí, para un mejor provecho no solo te conformes con hacer bolas de colores, sino que es bueno pedir apoyo a los adultos.
Es una actividad fascinante, con la plastilina mi hija hace figuras relacionada con los números, las vocales, trabaja las manos cuando amasa y modela, además la relaja y nos permite compartir horas de juegos. Me parece un elemento fabuloso para aprender de manera divertida”, dijo Mariana Ramírez, del sector Monte Bello.
Cómo verás, es una actividad que no solo te entretiene, sino que además permite establecer un contacto físico y placentero.
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